San Telmo, tiene muchos hinchas famosos, médicos, periodistas, conductores televisivos y como en el caso de Fernando Leiro, quién posee uno de los más importantes establecimientos gráficos de Argentina, en donde trabajan más de dos centenares de personas y que fue y es en la actualidad un gran colaboradordel club, a quién sigue desde su niñez llevado de la mano por su padre.

Fernando Leiro, nació el 26 de octubre de 1947, es hijo de Faustino, fanático simpatizante que falleció en agosto del 76 y que colaboró en gran manera en la adquisición de la sede de la calle Perú. Se dedica a las artes gráficas desde su juventud y fue creciendo rápidamente en este rubro, hasta contar en la actualidad, con un predio de dos manzanas de 16.000 metros cuadrados cubiertos, ubicado en la localidad de San Justo, establecimiento que emplea a 220 personas. Su primer imprenta estuvo ubicada en José Pedro Varela 4767 de Villa Devoto, donde trabajó en ella, el ídolo indíscutido de todos los tiempos como lo es Pedro Coronel. El pasar de trabajar del plano al autoadhesivo y ser unos de los pioneros en la materia, le permitió contar con la gran empresa que cuenta en la actualidad.

Tiene muchas anécdotas del equipo que ascendiera, ya que por los años del 70 era activo colaborador del club, como cuando se quedó junto al plantel en la concentración de Luz y Fuerza de Castelar. previo a los partidos con Lanús y Platense del 75, para evitar, que alguno quisiera venir a tocar a los jugadores. 

En 1970, hacía la voz del estadio, subía rápidamente los escalones de la vieja platea de madera y junto Jorge González, que pasaba los tangos de Fiorentino, daba a conocer las alineaciones de los equipos. Tanto el como su esposa María Elena, no ocultan su fanatismo por la azul celeste, a tal punto, que ella sintió el primer síntoma de embarazo, de su primer hijo Fernando Federico, con el gol de Coronel en Santa Fe ante Colón en el debut en Primera. --Tiene mucha admiración, por dos viejos dirigentes del Club, como Albino Bemposta y José Da Costa, y cuenta una anécdota de este último, que atestigua que San Telmo siempre usó armas legales en busca del ascenso, no ajenas de la picardía y una de ellas que pocos saben fue, cuando Da Costa, delegado en AFA, adulteró las bolillas del sorteo de árbitros para el partido contra Lanús en el 75, en cancha de Huracán optando por Eduardo Melidoni que era el más confiable de la terna prevista para el mismo. 

Se dio el lujo de ser uno de los pocos que vio a San Telmo en Primera, jugar en Jujuy y Tucumán, ante Ledesma y San Martín respectivamente. Debido a sus múltiples ocupaciones, no puede ver con frecuencia al candombero, pero no tiene reparos a la hora de colaborar con el club, como perlita, una de sus empleadas, Patricia Caletrio, al año de edad, fue mascota en el partido final ante Platense, posando en brazos de Pedro Coronel.

Revista soy de telmo Nº 13 1/2/08